(Después de una larga ausencia. Espero concederme más espacio de ahora en adelante)
La barriga, areola prominente de un ombligo que aún contenía los restos de la abundante eyaculación de hace un par de horas, se posaba sobre la diminuta mesa del caffé empequeñeciéndola aún más, y convirtiéndose así en la protagonista de una escena por demás caricaturesca, que se ganó varios cometarios sarcásticos de parte de los meseros.
Al orgulloso dueño de dicha masa de carne, sin embargo, parecía no poder importarle menos lo que la gente podría decir de su aspecto; tal efecto tenía el considerar de su propiedad la otra masa de carne de la cual trata este cuento: su enamorada.
La verdad él se juraba a diario cuánto la amaba, pero desde el primer día no vio en ella más que las torneadas piernas, firme trasero y estrecha cintura; y no por el placer lúbrico que más de una vez le proveyese, sino por el intangible pero mucho más imperioso placer de nutrir el ego cada vez que veía a sus envidiosos amigos desnudar a su fiancé con la mirada, sin poder poseerla. Claro, él no se daba cuenta de que lo que sentía no era amor y fingía escucharle atento mientras ella le contaba estupideces, sin querer admitir a nivel consciente que sus ojos solo prestaban atención al obstinado pezón que se escapaba por el escote.
El esfuerzo, no obstante, que requería tener la atención en dos sitios a la vez y no dejarlo notar, era demasiado para la capacidad intelectual de nuestro co-protagonista, que tenía las neuronas tan sofocadas en testosterona que no podía notar el tono nervioso y discontinuo de su interlocutor corte de carne.
Cuando por primera vez ella lo vio, él era un Ferrari bañado en oro con las llantas manchadas en petróleo. Sucede que sus ojos estaban dañados a partir de que, cuando niña, cayó de la nube desde la que veía a sus padres amarse por encima del dinero, y el impacto le arruinó la vista para siempre; así que no tardó en encontrar al tipo encantador, en la más pura expresión de la palabra y le resultó fácil entregarse entera cuántas veces se lo solicitó, más cuando a cambio en el día a día (que no era más que el interludio de sus faenas) recibía viajes, comida, vestidos y joyas.
Algo faltaba. Aunque ella en su pseudo ceguera lo llamaba amor, no era feliz como quería creer que era, y empezó a notar en la compañía de otros, ciertas necesidades que los detalles de su desprendido financista no acababan de satisfacer. Al final, no importa qué necesidad insatisfecha le impulsó a hacerlo, terminó revolcándose frenéticamente con uno de los conocidos de su querido novio; y lo cierto es que aunque encontró tanto deleite en ese “delirio furioso” ahora tenía un sentimiento extraño que no conseguía definir y al que llamó culpa, aunque en principio no era más que miedo a perder los privilegios que se había ganado. Así, para encubrir su falta, se arregló más de lo usual, llamó de imprevisto y ahora se encontraba sentada frente a su “amado”, desviando su atención al prometerle mil placeres en actitud más que complaciente.
Seguramente se hubiera mantenido mucho más distante si supiera que solo un par de horas antes, él desfogaba sus apetitos en una jovencita, carente casi de atributos físicos, pero que en cambio le proporcionaba la oportunidad de ser él mismo todo el tiempo y representaba la única persona con la que podía reír sinceramente. Tan de improviso fue la llamada que el tipo no pudo ni entrar a la ducha y ahora se encontraba sentado cubierto por sus residuos secos, fingiendo escuchar a su novia, que a su vez se fingía solícita para con él; y así todos los que los ven (y sobre todo, ellos mismos) se convencían inmediato de lo monumental del amor que se tienen. Aunque lo finjan.
Creditos Imagen:
Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3

6 comentarios:
Me gusto mucho man!!! quería comentar tantas cosas, que en realidad las elimine cada vez que las escribía porque se me ocurría algo mejor, hasta que me di cuenta que al final nada se iba a comprender si no leían lo primero que escribí, tons solo voy a decir "me gusto mucho man" ja ja ja
Muy buena historia... me pregunto, si escribes así, por qué no lo haces más a menudo. Claro, tú sabrás, pero la pregunta aparece.
Un saludo.
HD
el imperioso placer de nutrir el ego a través de alguien....... been there, done that......my guilty pleasure!
Amigo Humberto, gracias por el comentario, saber que a alguien como tu le agrada recompensa.
Sobre la pregunta, la verdad no estoy del todo seguro… Me lo he estado preguntando también y me excuso en el trabajo (asfixiante), pero me he prometido darme más espacios entre semana para visitar lugares que me inspiren (antros por lo general!)
Lightless
Excelente!!! Tu historia es mucho más real de lo que muchos se atreverían a admitirlo... Mi parte favorita: "Algo faltaba. Aunque ella en su pseudo ceguera lo llamaba amor, no era feliz como quería creer que era"
Ironias
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